Sesión 4: Dinámica cooperativa + incorporación del termómetro emocional (1º-3º)
En esta cuarta sesión con el grupo de 1º a 3º de Primaria, realizada el 16 de mayo, propuse la dinámica cooperativa «Salvad el globo», cuyo objetivo era reforzar la toma de decisiones, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos en un formato lúdico. A ello se sumó por primera vez, la incorporación del termómetro emocional como cierre reflexivo.
Como siempre, iniciamos la sesión con «lo mejor y lo peor de la semana» y una breve práctica de Mindfulness. Sin embargo, desde el inicio la sesión se vio condicionada por dos factores: por un lado, la ausencia del alumno que, habitualmente, genera una mayor tensión en la dinámica del grupo. No porque él sea el problemático, sino porque, por razones que aún no están del todo claras, el resto del grupo tiende a rechazarlo o excluirlo. Es el más pequeño, y posiblemente su estilo más juguetón e infantil haga que no encaje con las expectativas del resto. Su ausencia modificó claramente el ambiente de trabajo desde el inicio.
Por otro lado, el comportamiento disruptivo de oro compañero, que se alteró tras recibir un punto por decir palabrotas, en aplicación del sistema de control de normas establecido la sesión anterior. Este alumno reaccionó con enfado, gritos, negativa a participar y llegó a esconderse bajo la mesa. Ante esta situación, se intentó reconducir su actitud, pero finalmente sus familias acudieron a recogerlo antes de tiempo.
La dinámica, diseñada para ser cooperativa, contemplaba que si el grupo no se ponía de acuerdo en tres minutos, el globo «se pinchaba», si lo pinchaban 5 veces, perdían el juego. Técnicamente, el prime reto ya implicaba un fallo. Sin embargo, las dos alumnas restantes asumieron la actividad con entusiasmo y lograron resolver todos los retos.
Al finalizar la sesión, introduje el termómetro emocional, una herramienta visual y simbólica que quedará fija hasta final de curso. Cada participante debía valorar cómo se había sentido trabajando en equipo y justificar su decisión. Ambas alumnas se colocaron en el nivel más bueno del termómetro, valorando positivamente la colaboración entre ellas.
Valoración personal:
Fue una sesión complicada por la gestión emocional de uno de los alumnos, pero también muy relevadora. Me permitió comprobar la importancia de contar con estrategias de contención y reflexión emocional, además de sistemas normativos. La actividad gustó mucho a las alumnas participantes, y el termómetro emocional fue muy bien recibido como espacio de expresión final.
Reflexión con base teórica:
Tal como indican Orjales y Polaino (2018), es clave emplear recursos visuales y accesibles que les ayuden a comprender y regular sus emociones. El termómetro emocional encaja en este marco, ya que permite expresar cómo se han sentido en una actividad grupal desde un enfoque visual, concreto y reflexivo.
Además, como plantean Yáñez-Téllez et al. (2012), combinar normas claras con espacios de expresión emocional facilita la autorregulación y previene la escalada de conductas disruptivas. Esta sesión me ayudó a ver la importancia de no aplicar los sistemas de forma rígida, sino desde una lógica adaptativa y comprensiva.
Bibliografía:
Orjales Villar, I. y Polaino Lorente, A. (2018). Programa de intervención Cognitivo-Conductual para niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. Editorial CEPE.
Yáñez-Téllez, G., Romero-Romero, H., Rivera-García, L., Prieto-Corona, B., Bernal Hernández, J., Marosi-Holczberger, E., y Silva-Pereyra, J. F. (2012). Funciones cognoscitivas y ejecutivas en el TDAH. Actas Españolas de Psiquiatría, 40(6), 293–298.